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La plaza de los Capuchinos se presenta austera y con la templanza necesaria para acoger a la icónica escultura del Cristo de los Faroles. Lejos de conformar un lugar cargado de monumentalidad, la plaza de los Capuchinos es, tal y como la describió un poeta cordobés:
nada más que un rectángulo con cal y cielo. Una sencillez que no es incompatible con la magia que inunda
este lugar cargado de misterio...y es que cuenta la leyenda que una figura misteriosa camina por estos empedrados a partir de medianoche.
Sobre la plaza de los Capuchinos, una parada imprescindible
Tras pasar por la Córdoba más monumental y milenaria, llegar a esta sencilla plaza conforma un contraste y un bálsamo de tranquilidad para el viajero, ya que
se trata de un lugar cargado de misticismo y calma, en gran medida gracias al convento de los Dolores y el centro de la plaza en la que tan solo se encuentra la imagen del Cristo de los faroles.
Empedrada y en contraste con la cal de las paredes, es una plaza que no tiene nada, pero que ofrece todas las sensaciones posibles al viajero. Por ello, nada mejor que pararse y empaparse del ambiente de este insólito lugar de leyenda en Córdoba.
Un poco de historia
Originalmente se levantó
sobre las casas que poseía la conocida familia Almunia en el año 1689 si bien ya era parte del convento de los Capuchinos.
Esta plaza, además de ser un centro de devoción también acogió los actos para celebrar la candidatura de Córdoba como Ciudad Europea de la Cultura en 2016.
Una plaza de leyenda y devoción
La sobriedad de la plaza se adorna con la devoción de los locales que acuden para manifestar su pasión por el Cristo de los Faroles, el cual se encuentra siempre rodeado de velas y flores.
Por otro lado,
la leyenda del Cristo de los Faroles también alimenta el misterio de esta plaza. Ya que los pocos años de instalar la imagen del Santo Cristo de Faroles, se comenzó a oír todas las noches a las doce unos pasos firmes y marciales en el empedrado de la cuesta. Los pasos se dirigían a la figura de Cristo en la plaza y se detenía frente a ella. Cuentan que los pasos pertenecían a una figura envuelta en una capa negra que rezaba frente a la imagen durante unos minutos y desaparecía sin dejar rastro. Nunca se supo quién era.
¿Qué te encontrarás en la plaza de los Capuchinos?
La icónica plaza acoge en el centro la imagen de mármol, rodeada por los edificios del
monasterio de los Capuchinos.
También podrás disfruta de la visita a la austera y humilde Iglesia de los Dolores, o la señora de Córdoba.
Saliendo por el otro lado de la plaza se llega a la bonita escalera de la Cuesta del Bailío.
Visitar la plaza de los Capuchinos
Cualquier hora del día es perfecta para visitar la plaza: con el sol el contraste entre el cielo azul y la cal es aún más brillante mientras que, al caer la noche, l
os faroles se iluminan para devolver una imagen aún más misteriosa.
La visita a la plaza de los Capuchinos se encuentra en un interesante recorrido para conocer las paradas obligatorias en Córdoba, ya que no muy lejos se sitúa la famosa cuesta del Bailio, el Palacio de Viana con sus 12 patios o la iglesia Fernandina de Santa Marina.
Austera, milenaria o de leyenda.
Córdoba te ofrece mil caras, para que tú escojas la tuya.
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