Espacios majestuosos, acogedores, llenos de vida. Las Plazas en Córdoba son un punto de encuentro social, así como centro de la actividad cultural y comercial. Cuando te sumerges en Córdoba y caminas por sus calles, llama la atención la gran cantidad de plazas con las que puedes cruzarte. Algunas son auténticos monumentos y grandilocuentes; otras poseen un atractivo más sencillo y tradicional.
Las Plazas más conocidas de Córdoba
Tendillas,
Corredera o
Potro. Son el nombre de las plazas más visitadas de la ciudad cordobesa. Ya te avisamos: no querrás salir de ellas. La sorpresa siempre es inevitable no sólo por los detalles de sus fuentes o estatuas, los tintes de color que le dan sus flores o árboles y la belleza de los edificios de su alrededor; sino también por el agradable ambiente que se respira.
En el límite entre el casco histórico y el epicentro comercial de la ciudad, se encuentra
Tendillas, la cual es la plaza donde arranca nuestro
free tour por Córdoba. Su nombre se debe a las numerosas “tiendecillas” que se ubicaban allí en otra época. Se trata de la plaza más emblemática de la ciudad, visitada por muchos; no sólo para ir de tiendas, sino también para conocer al “Gran Capitán” o escuchar cómo su particular reloj marca la hora con acordes flamencos de una guitarra española.
Asimismo, otra plaza popular, la mayor castellana de forma rectangular, se llama
Corredera. Construida en el siglo XVII, no mantiene los típicos elementos de la arquitectura andaluza; pues los edificios que la rodean están construidos en estilo castellano. Los tiempos cambian y las costumbres también. La Plaza de Corredera de recibir corridas de toros, celebrar fiestas y ser testigo de actos públicos; en la actualidad ha pasado a ser un lugar idóneo en el que dar un grato paseo, disfrutar de un café, catar la gastronomía cordobesa o hacer unas compras.
Si nos trasladamos hasta el barrio de la Ajerquía, nos toparnos con la
Plaza del Potro; que goza de un escenario que ha cotejado a muchos. Cervantes se ilustró en ella para escribir “El Quijote”; Francisco Solano Márquez la observó antes de publicar “El duende de Julio Romero” en el Diario de Córdoba; y Teodoro Ramírez de Arellano la contempló en “Paseos por Córdoba”. Pero, ¿sabrías decirnos a qué se debe ese nombre? Lo cierto es que la llamarón así por la figura del potro que hay en la fuente renacentista que adorna el centro de la plaza.
En otros tiempos, Potro fue un lugar de compra-venta de ganado y artesanía; hoy en día acoge la Posada del Potro y, en sus laterales, los museos de Bellas Artes y Julio Romero de Torres.
Si bien conocemos Córdoba por ser un lugar repleto de monumentos y rincones que no dejan indiferente a nadie; te animamos a que pasees con nosotros y te sumerjas en la magia que representa cada una de sus plazas.
Por otro lado puedes consultar
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