“Granada está indefensa ante la gente; pues ante los halagos nada ni nadie tiene manera de defenderse”. Así describe el poeta Federico García Lorca la considerada como una de las ciudades más bonitas de Andalucía.
Este lugar destaca por su auténtica diversidad cultural y religiosidad, que a lo largo de su historia ha sido ciudad de destino donde de origen confluían las personas que se desplazaban al territorio a consecuencia de la desruralización del Siglo XX.
La oferta cultural que ofrece a través de sus barrios, museos, monumentos y zonas rurales, y el hecho de situarse junto a Sierra Nevada, uno de los destinos favoritos de actividades deportivas de invierno, además de ser una de las principales ciudades de destino universitario de España, la han convertido en un destino destacado merecedor de cada una de las visitas que recibe.
Por otro lado, otro de los puntos fuertes a destacar que ofrece esta ciudad envuelve todo el ámbito que engloba su cultura gastronómica. Su cocina, entre ellas las famosas tapas de considerable tamaño que se sirven aquí, son un aliciente más que suficiente para cualquier desplazamiento.
Muchos son los hitos que encuentran descanso en esta capital. Pero si hay que destacar algunos, ¿cuáles serían las paradas obligatorias para todo aquel viajero que se adentre en sus calles? Se presentan así, 8 planes o actividades tanto de carácter único e imprescindible como también alternativos o quizás más desconocidos.
Descubrir La Alhambra
La Alhambra es el conjunto monumental más famoso de la ciudad de Granada. Reconocido a nivel mundial como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, este complejo se levanta sobre una ciudad paulatina de origen andalusí. Se encuentra compuesto por varios accesos, la Alcazaba, la Medina, el Convento de San Francisco, el Palacio de Carlos V, la Iglesia de Santa María de la Encarnación y el Generalife. Dentro de cada zona destaca la Puerta del Arrabal, la Torre del Homenaje o los Palacios Nazaríes, el de Comares y el de los Leones.
Fue concebida para albergar tanto la vida del emir como la de la corte del Reinado de origen nazarí. Pasado el tiempo, el complejo acabó convirtiéndose en residencia de la realeza castellana y de sus allegados.
Además, se puede recorrer sus estancias para disfrutar de la elegancia visual de más de 10.000 poemas o textos inscritos en la misma edificación, todos ellos originarios del árabe clásico.
De igual manera, puede apreciarse el impacto del conjunto en la cultura popular del lugar, ocupando un papel protagonista en el ámbito musical, literario y cinematográfico en contadas ocasiones.
Los visitantes podrán disfrutar tanto de la inmensidad del arte andalusí, como del entorno en sí, completamente mimetizado con el paisaje de la zona, dotando el lugar de una sensación de unidad y armonía.
Pasar la noche en una casa-cueva
Este tipo de alojamientos rompe con lo convencional y se abre camino entre el interés de los viajeros. Se encuentran situadas en las regiones de Guadix y El Marquesado, y Baza-Huéscar. El nombre de marca que salvaguarda esta nueva tipología de atractivo turístico se denomina “Andalusian Cave Hotels”, la cual cuenta con más de 50 alojamientos de carácter turístico repartidos por los lugares mencionados.
Las casas-cueva se originaron en su tiempo para albergar el hogar de más de 3.000 unidades familiares de Granada. Excavadas en tierra, este tipo de edificaciones son un claro ejemplo del nexo que compartían las personas y el entorno que les rodeaba.
Este movimiento gira en torno a la conservación del medio ambiente, la protección de la arquitectura tradicional y la priorización de la calidad del servicio.
Cada una de las casas es única a la anterior, pero todas ellas comparten un factor en común, su formación en la tierra conlleva la estabilidad de la temperatura en su interior, no siendo muy fría en la época de invierno ni muy calurosa en tiempos de verano.
El visitante tendrá oportunidad por tanto de introducirse en años de historia del lugar a través del descubrimiento y el descanso.
Peregrinar hacia la Abadía de Sacromonte
Datada del Siglo XVII y reconocida como Bien de Interés Cultural en régimen de Patrimonio histórico a nivel nacional, esta abadía se sitúa al noreste de Granada. Se ha convertido en un lugar de peregrinación al que los fieles acuden.
Acoge en su interior la vida de canónigos, además de contar con una parroquia, en la que se celebran actualmente misas, y un museo de carácter eclesiástico.
El edificio principal fue llevado a cabo inicialmente en el 1600 por el jesuita Pedro Sánchez tras el encargo del arzobispo Pedro Vaca de Castro y Quiñones, cuya muerte significó la pausa de la construcción por falta de financiación. Finalmente, la construcción concluyó 10 años después, en 1910. Aún hoy se encuentran los planos originales en la biblioteca del lugar.
Por otro lado, dicho arzobispo fue uno de los pioneros en fundar un colegio de carácter privado en materia de derecho, teología y filosofía, convirtiéndose en uno de los primeros formados en Europa.
La iglesia, aun concebida con una nave, fue ampliada junto con otras dos más, acabando la edificación en forma de cruz latina. Este hito se compone principalmente de capilla mayor, crucero y un espacio destinado al coro.
Además, en el interior del claustro, quizás lo más destacado del conjunto, se levanta una fuente que protagoniza el espacio, encargada de transmitir la esencia del lugar al visitante.
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Tapear por las calles y visitar teterías árabes
Granada es conocida por muchos de los monumentos que descansan en ella, pero ¿qué hay de la gastronomía y de la cultura arraigada a ella? En esta ciudad son famosas las tapas de gran tamaño que se sirven junto a las consumiciones ofertadas.
Las bebidas más solicitadas son la cerveza Alhambra o quizás un vino con denominación de origen. En cuanto a la tapa, es recurrente que el propio personal del establecimiento elija cuál será la tapa tradicional a servir, suponiendo un gesto de cortesía ante el mismo.
Los emplazamientos más visitados para degustar estos platos típicos son Plaza Nueva, el Campo del Príncipe o la Plaza del Realejo.
Por otro lado, también son famosas las teterías que encuentran su hueco en la ciudad de Granada. Los visitantes tendrán la oportunidad de probar este tipo de bebidas que lo trasladarán a lo largo de la historia de Andalucía de origen árabe.
Además, de poder experimentar estas exóticas consumiciones, estos lugares suelen estar repletos de tiendas en las que encontrar productos pertenecientes a la cocina árabe, establecimientos de artesanía tradicional o incluso la posibilidad de adquirir elementos naturales frecuentados en esta cultura.
Ejemplos de teterías bastante frecuentadas podrían ser el Castillo de Aleppo, la Bagdad o la de Abaco Té.
Visitar la Catedral y la Capilla Real
Bajo el nombre oficial de “la Santa y Apostólica Iglesia Catedral Metropolitana Basílica de la Encarnación de Granada”, se encuentra un Bien de Interés Cultural en materia de Patrimonio Histórico Andaluz. Más conocida como la Catedral de Granada, esta edificación corresponde a un templo de origen católico y a la sede de la archidiócesis.
Cuenta con nada más y nada menos que con 15 capillas y una sacristía, siendo la más famosa de todas la Capilla Real. En esta última, descansan los restos mortales pertenecientes a los Reyes Católicos.
Esta construcción se levanta sobre el emplazamiento de lo que constituía la mezquita más destacada de la zona, pasando a convertirse en uno de los templos clave en el ámbito de la arquitectura renacentista española. En un comienzo, la obra fue encargada a Enrique Egas en el 1506, año en el que se concibió una construcción siguiendo el estilo gótico. Más tarde, en 1529, Diego de Siloé tomó las riendas del proyecto e introdujo el estilo renacentista. En 1664 entra en escena Alonso Cano, dando lugar a la incorporación del estilo barroco. Por último, en 1706, Francisco Hurtado Izquierdo y José Bada construyeron el sagrario.
La Catedral de Granada ha experimentado a lo largo de su construcción una confluencia de estilos y culturas. Los viajeros tienen así la oportunidad de sumergirse plenamente en la historia de la ciudad.
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Relajarte en un hammam árabe
La palabra hamman hace alusión a lo más conocido por todos como “baño público”. El objetivo de esta tipología de baños islámicos es la limpieza del cuerpo de la persona y la consecución de un ambiente relajado que complete la experiencia. Además, también se aprovecharon como lugar de encuentros sociales o como muestra del prestigio arquitectónico de la época.
De la influencia de las termas de origen romano, su distribución se extiende hacia varias estancias que siguen el orden correcto de esa “limpieza” a la que es sometida el visitante, pasando de la habitación más fría hasta la de más temperatura. Cada uno de los espacios se encuentra dedicado a una labor en concreto.
La mayoría de estas edificaciones datan de la época del Califato Omeya entre los siglos VII y VIII, pero aún hoy su importancia se mantiene en el tiempo, siendo muchas las construcciones visitadas por los viajeros.
Los baños árabes más recomendados en Granada corresponden a los de Al Andalus, Al-Haram, Palacio de Comares, Spa Granada Palace o Elvira. En cada uno de estos establecimientos los clientes podrán disfrutar de distintos espacios con el agua como protagonista, además de tener la posibilidad de recibir masajes con la incorporación de diferentes elementos de relajación o de degustar platos o bebidas típicas de la cultura gastronómica musulmana.
Pasear por el barrio de El Albaicín
Este barrio consta como el más antiguo de la ciudad. También conocido como “Albayzín”, se encuentra bordeado por el Sacromonte, la calle Elvira y el río Darro.
El origen musulmán rebosa las calles de esta zona impregnando cada rincón con la influencia de su cultura. Incluso antes de la concepción de la Alhambra, en el Siglo XI se edificaron en este lugar un palacio real perteneciente a la dinastía zirí, alcázares, aljibes y construcciones de gran valor islámico como la Mezquita Mayor o baños públicos como los del Bañuelo. Esta época puede ser la de mayor esplendor para la zona, ya que sus calles, llenas de casas de lujo, se encontraban habitadas por más de 40.000 personas, además de contar con la presencia de una treintena de mezquitas.
Tras la derrota frente a los Reyes Católicos, este barrio se convirtió en el hogar de los últimos musulmanes que aún desarrollaban su vida diaria en Granada. Pero, aun así, muchas de las edificaciones islámicas se perdieron debido a la destrucción o a la transformación de la mayoría de ellas.
Entre lo más destacado del Albaicín, los viajeros pueden pasear y admirar murallas, miradores, aljibes, casas, iglesias, conventos, plazas y cármenes. Los visitantes tienen la oportunidad de recorrer estas calles llenas de historia, las cuales además fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
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