El duende del centro histórico
Córdoba: faro de la cultura que se atrevió a debatir sobre filosofía, ciencia y literatura en la oscura época del Medievo. Cuna de grandes filósofos como Séneca o Averroes, hoy Córdoba se erige como una ciudad milenaria con una singular esencia que mezcla el sueño califal, el misterio judío y la algazara andalusí.
Así, el mundo musulmán, judío y cristiano conviven en las calles del Casco Antiguo de Córdoba, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994. ¿Quieres sentir el sueño califal y caminar al ritmo de la música sefardí?, ¿Y perderte por callejuelas perfumadas de azahar que siempre desembocan en un lugar inesperado? Entonces no lo dudes y pon rumbo a Córdoba y su Casco Antiguo.
El Casco Antiguo de Córdoba
¿Sabías que el Casco Antiguo de Córdoba es uno de los más grandes de Europa? No es de extrañar, ya que esta ciudad fue una las capitales de la cultura califal en Occidente allá por el siglo X. Sus calles fueron iluminadas siete siglos antes que París. Y de París también fue predecesora como centro cultural: en torno al patio de la Mezquita numerosos maestros de las distintas religiones se reunían para discutir sobre religión, filosofía, ciencia y literatura.
El centro histórico de Córdoba está delimitado por las antiguas vías de comunicación que coinciden con la antigua muralla. Dentro de estos límites se encuentran la
majestuosa Mezquita-Catedral de Córdoba, el Palacio Episcopal, la Sinagoga, el
Alcázar de los Reyes Cristianos o el Puente romano, entre otros conjuntos monumentales. ¿Quieres descubrir estos monumentos? Te contamos todo a continuación.
Mezquita-Catedral de Córdoba
La Mezquita es la niña bonita de Córdoba, una parada obligatoria que transporta al viajero a la magnificencia de la época musulmana. La antigua mezquita de Córdoba fue reconvertida al cristianismo en el siglo XIII en la actual Catedral de Santa María. Es considerada, junto con la Alhambra, una de las construcciones más importantes de toda la arquitectura andalusí. En su interior descubrirás un laberinto de columnas y arcos dobles, el macsura, el mihrab y el impresionante coro ubicado junto a la capilla mayor.
Palacio Episcopal
Desde la conquista cristiana, ha sido sede del Obispado de Córdoba. A mediados de los años ochenta, parte de este complejo se convierte en el Museo Diocesano de Bellas Artes. ¿Sabías que el edificio sufrió un incendio en 1745? Tras ello, se añadieron otras dependencias como el patio y la imponente fachada.
Sinagoga
El templo hebreo de Córdoba acoge la sabiduría de la Torá y el misterio judío que ha perdurado hasta nuestros días. Su origen de relaciona con la diáspora judía, el primer exilio del pueblo hebreo. En el año 1885 fue declarada Monumento Nacional.
Alcázar de los Reyes Cristianos
Los muros del edifico militar del Alcázar fueron testigos de cómo Colón solicitaba los fondos para su aventura marítima. Tras la reconquista, fue utilizada como sede de la inquisición. La sobriedad de sus muros contrasta con la explosión de colores de sus patios de inspiración mudéjar.
Puente Romano
Aunque tan solo un arco original ha logrado sobrevivir hasta nuestros días, el puente romano es un recordatorio de los avances tecnológicos que la civilización romana dejó a su paso por la península.
Además de estos imponentes monumentos, la Calleja de las Flores y la Calle del Pañuelo son un alto imprescindible en el camino. La ligereza de sus flores contrasta con el peso de la historia milenaria de Córdoba. Pasear por el ovillo de callejuelas del Casco Antiguo supone desenhebrar la historia de una confluencia de culturas que convivieron durante siglos, y hoy podemos asistir a este legado cultural.
En Oway Tours somos unos apasionados de Córdoba, y a pesar de tener una larga trayectoria como guías turísticos, siempre descubrimos rincones nuevos. Córdoba no deja de sorprendernos, y queremos compartirlo contigo.
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