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La Plaza España de Sevilla

Se trata de uno de los espacios más emblemáticos de toda Sevilla. De hecho, te sentirás muy atraído por sus altas torres y su estilo arquitectónico. A continuación, te traemos todos los detalles para que decidas pasearte por sus famosas baldosas con el nombre de las provincias españolas.

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Historia de la Plaza España

Antes de comenzar con la explicación propiamente dicha del conjunto arquitectónico, hay que hablar del enclave donde se encuentra. Al contrario que otras plazas, que generalmente constituyen espacios abiertos donde confluyen varias calles, la Plaza de España se sitúa dentro de los jardines de María Luisa. Este es uno de los principales pulmones de la gran capital andaluza, y también su primer parque urbano. Este enorme espacio verde fue donado a la ciudad por María Luisa Fernanda, ya que pertenecía al terreno colindante a su residencia. La infanta y su marido, el duque de Montpensier, tuvieron que abandonar la capital en 1848 debido a las diferencias políticas que tenían con los monarcas españoles. Cuando se instalaron en Sevilla, decidieron hacerlo en el Palacio de San Telmo. Para acondicionar el espacio a su gusto, contrataron a André Lecolant como paisajista de sus jardines, a los que le añadieron las fincas de Isabel y San Diego. Como ya hemos dicho, finalmente este oasis verde pasó a propiedad municipal a partir de 1893. No obstante, no fue hasta 1914 cuando se decidió abrirlo como parque urbano, bajo el nombre de su antigua propietaria ahora fallecida. También es en este año, cuando comienza la construcción de la Plaza de España, la primera modificación al diseño original de Lecolant. No obstante, la edificación del conjunto tardó mucho tiempo, de hecho, se tuvo miedo de que no llegase a completarse para la Exposición Iberoamericana. La Plaza de España era el elemento central de este evento que se enmarca dentro de los que se conocen como exposiciones universales.

Durante el siglo XIX se dieron varios ejemplos de este tipo de ferias, enseñando los avances tecnológicos y artísticos, así como las características tradicionales de los diferentes países. Recibían el sobrenombre de universales, precisamente porque en ellas se exponían pabellones representativos de cada nación invitada. En el caso de la exposición de Sevilla, la idea era presentar el hermanamiento de España con sus antiguas colonias y algunos países con relación histórica como Portugal, Brasil o Estados Unidos. De hecho, en las cercanías del parque, aún es posible visitar alguna de las construcciones creadas con este motivo y que a día de hoy sirven a otros propósitos. Por ejemplo, el antiguo pabellón de Colombia es ahora el consulado de esa misma nación. La tardanza en la finalización de las obras se debía a las modificaciones que realizaba el arquitecto encargado, Aníbal González, en concreto, son muy significativas las de 1918. Para 1925, a sólo 4 años de la inauguración, y viendo la lentitud a la que avanzaba el proceso, Primo de Rivera, jefe de estado y dictador en aquel momento, decide imponer un comisario regional, José Cruz Conde. Un año después, Aníbal González dimitió y su diseño lo terminaría Vicente Traver. Hay que decir que el exterior y las partes fundamentales ya estaban realizadas, pero quedaba mucho trabajo en interiores y acondicionamiento de los espacios.

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Descripción de la Plaza España

La Plaza de España, como eje central de la Exposición Iberoamericana, tenía que representar por un lado al propio país anfitrión y por otro, esa idea de unión. Por ello, el diseño ganador de Aníbal González, presenta una plaza semielíptica coronada por dos torres. En el gran espacio curvo que dejan, se colocan toda una serie de bancos con escenas que representan a cada región española. Es decir, por un lado la plaza da una sensación de acogimiento por su gran apertura, compensada por las dos alas que la envuelven como en un abrazo, y por otro, en su interior podemos hacer un viaje por cada comarca. Para recalcar esa función simbólica de la plaza se utiliza toda una amalgama de estilos arquitectónicos que son clave para su desarrollo histórico. Así, el diseño está muy inspirado en el renacimiento, sobre todo en los tratados de Andrea Palladio, pero puede que también os recuerde al que proyectó Bernini en San Pedro del Vaticano. Además, los artesonados sostenidos por columnas de mármol y la decoración con medallones en azulejo policromado, muy propios de la tradición sevillana, también responden a este estilo. No obstante, las altas torres tienen una decoración mucho más barroca y el uso del ladrillo recuerda a las construcciones mudéjares.

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Curiosidades

Evidentemente, un conjunto con las características de la Plaza de España ha pasado por numerosas vicisitudes y desacuerdos. Así, por ejemplo, hay una distribución alfabética de las provincias en los bancos, sin embargo, de Navarra pasa a Pamplona. El conflicto se debe a que la imaginería representando la muerte de García IV se veía demasiado violenta y chocaba con la idea de dar una imagen pacífica de unidad. También hubo problemas con las alturas de las torres porque rivalizaban con la Giralda, que constituye la postal más representativa de la ciudad, oponiéndose a esto la Academia de Bellas Artes. Siguiendo con los bancos, actualmente existen 50 provincias en España, pero aquí sólo puedes encontrar 48. Esto se debe a que Sevilla no aparece, ya que sería una sobrerrepresentación, pues está ya reflejada en los cuatro murales de la plaza. A su vez, Canarias era una única unidad provincial hasta 1927.

Lo interesante, es que aún a día de hoy este espacio sigue fascinando a muchísimas personas, donde los directores de cine no iban a ser menos. La plaza ha servido de escenario cinematográfico a cintas de carácter nacional, como Manuel y Clemente (1986) o la serie Allí abajo, pero también para grandes blockbusters. Así, ha sido el  cuartel general del ejército británico en Lawrence de Arabia (1962), el fondo sobre el que desfilan tropas en El viento y el león (1975), donde pasean Anakin y Padme en Star Wars Episodio II: El Ataque de los Clones (2002) o la mansión en El dictador (2012). Tened cuidado porque en las dos últimas se hicieron modificaciones de la escenografía con medios digitales. 

En definitiva, de la Plaza de España se pueden contar multitud de cosas más, como que Aníbal González la observa para toda la eternidad desde 2010.

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