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La Expo 92 de Sevilla, fue una exposición universal celebrada en 1992 en la ciudad. Tuvo una duración de 6 meses, comenzando el 20 de abril y finalizando el 12 de octubre, fecha que coincidió con el V Centenario del Descubrimiento de América, por lo que su lema, relacionado con este hecho, fue el de “La Era de los Descubrimientos”.
Esta exposición también coincidió con los Juegos Olímpicos de 1992 realizados en Barcelona, por lo que ambos eventos supusieron un realzamiento cultural y turístico muy importante para nuestro país, lo que se vio reflejado tras la llegada de millones de visitantes a la ciudad andaluza, que se colocó en el mapa internacional como nunca antes lo había hecho.
Para reflejar la historia de esta exposición, tenemos que retroceder hacia el año 1981, donde nos encontramos con que la delegación de los Estados Unidos de América había solicitado realizar una Exposición Universal en Chicago para conmemorar el V Centenario del Descubrimiento de América, lugar donde varios años antes, en 1983, se había celebrado la Exposición Mundial Colombina. España se iba a sumar a presentar dicha candidatura para la ciudad de Sevilla un año más tarde.
Por otra parte, en este mismo año, nuestro país vecino; Francia, también comunicó la intención de celebrar en París una Exposición Universal para el año 1989, para conmemorar el Segundo Centenario de la Revolución Francesa, hecho que se descartó debido a que no se contemplaba la posibilidad de celebrar dos Exposiciones Universales en menos de 10 años.
Posteriormente, tanto el gobierno español como los organizadores de Chicago enviaron una petición conjunta, en la que proponían, por primera vez en la historia, que se celebrará una Exposición Universal con dos sedes diferentes, Sevilla y Chicago, la cual fue aprobada de forma unánime por la Asamblea General de la OIE.
Sin embargo, en el año 1985, la sede de Chicago comunicó su abandono de la exposición por la existencia de problemas graves organizativos, lo que dejó a Sevilla como única sede para representar este evento, lo que supuso una tarea contrarreloj para que este se llevará a cabo de la mejor forma y calidad posible.
Tras la finalización del evento, casi 30 años después, vemos como la Isla de la Cartuja ha pasado de ser el epicentro de la ciudad, a ser un parque tecnológico. Con el paso de los años, aún quedan pabellones abandonados en espera de darles alguna utilidad, sin embargo, en esta parte de la ciudad aún se esconden rincones de lo que fue este importante evento.
Los horarios de visita son:
A través del nacimiento de la Asociación Legado Expo, se intenta salvaguardar el patrimonio de lo que fue la exposición Universal de Sevilla de 1992.
Como hemos dicho anteriormente, el Parque Científico y Tecnológico (PCT) Cartuja actualmente gestiona gran parte del espacio que ocupó La Expo, sin embargo, aún se respira a Expo y se recuerda a su emblemática mascota, el pájaro “Curro”.
Algunas de sus áreas mejor conservadas son:
Sin embargo, lugares como la Puerta Triana, con sus fuentes y pabellones fueron demolidos, perdiendo de esta manera sitios emblemáticos de aquella época como el cine Omnimax.
Pese a la recuperación de lugares emblemáticos aún quedan asignaturas pendientes, entre las que destaca la mejora de transportes para acceder a La Cartuja. Desde la ciudad, puedes llegar mediante:
Estaciones de autobús cerca de la Isla de la Cartuja:
Estación de tren ligero cerca:
Estaciones de metro cerca:
En el terreno de las infraestructuras, la capital hispalense resurgió de sus cenizas al incrementarse los puentes de acceso al núcleo urbano: se construyó la autovía de circunvalación SE-30 y llegó la Alta Velocidad en el primer trayecto AVE Madrid-Sevilla.
La Expo se organizó en un panorama internacional convulso, debido a la situación de la URSS, Checoslovaquia y la Guerra del Golfo.
Se recuerda una gran invasión hacia las nuevas tecnologías audiovisuales, ya que se dice que se hacían colas de hasta 7 horas para ver una película que proyectaban en el pabellón de Canadá.
El 31 de mayo de ese mismo año (1992) se celebró el día mundial sin tabaco, por lo que no se podía fumar en todo el recinto de la exposición.
Tal fue la magnitud de este evento en nuestro país, que se creó una edición especial de monedas conmemorativas (pesetas).
Durante los 6 meses que duró la exposición se podía participar en numerosos concursos y loterías, ya que muchos pabellones y empresas privadas realizaban sorteos diarios.
