La historia de Málaga como centro cultural comienza con la llegada de los fenicios y culmina con un gran desarrollo turístico en el siglo XX que la convierten en una de las principales urbes españolas. Durante esos siglos, Málaga ha experimentado el paso de diferentes culturas que han conformado la arquitectura de la ciudad tal y como la conocemos hoy en día. Si quieres saber con más detalle cuál es la verdadera historia de Málaga, ¡sigue leyendo!
Época Fenicia
El primer enclave cultural asentado en la capital malagueña fue en el 1000 a. C. cuando comienza la colonización fenicia de la costa suroriental andaluza con la fundación de Gadir (Cádiz), que fue seguida de las fundaciones de Malaka (Málaga) en el Cerro del Villar, Sexi (Almuñécar) y Abdera (Adra) en el 800 a. C.
Época Romana
Durante la colonización griega de la península, hubo asentamientos cercanos a la capital de la provincia. En época romana, Málaga permanece más de setenta años bajo la dominación cartaginesa, hasta que en tras las guerras púnicas en el 202 a. C., Roma sale vencedora y Málaga se convierte en una de las provincias de la Hispania Ulterior, la Baética, bajo el mandato de Augusto. Durante estos años, el Municipium Malacitanum es un punto de tránsito dentro de la Vía Hercúlea, que comunica cultural y económicamente a la Hispania interior con los demás puertos del Mediterráneo.
Málaga, enclave cultural y puerto, fue un asentamiento clave durante la época, motivo por el cual se construyó el teatro romano, que es hoy en día uno de los más antiguos de Hispania. No obstante, en el año 325, con la celebración del Concilio de Nicea, Málaga es uno de los pocos enclaves romanos de Hispania en los que se había enraizado el cristianismo y donde habían tenido lugar multitud de levantamientos de carácter antirromano.
Época Visigoda
Tras la división y crisis del Imperio Romano, Málaga se convierte en un asentamiento de los pueblos germanos, concretamente de los vándalos silingos que traen en el siglo V el credo arriano de Oriente. El obispo de Málaga, Severo, destaca por su apologética del catolicismo y en contra del arrianismo, el primer nombre ligado a la historia cultural de Málaga.
Época Musulmana
A principios del siglo VIII, comienza el derrumbe de la monarquía visigoda y a mediados de siglo, llegan a la Península Ibérica desde las costas del norte de África los árabes y bereberes. Málaga pasa a formar parte de la región musulmana de Al-Ándalus, lo que supuso una época floreciente. La ciudad se ve rodeada por una muralla con cinco grandes puertas, llena de arrabales y barrios que también fueron amurallados. Se siembran huertos a orillas de la Guadalmedina, que se cruzaba de Este a Oeste por una vía que conectaba el puerto y la fortaleza interior. Anexos a la ciudad se encontraban la judería y el barrio de los comerciantes genoveses.
De la época quedan dos grandes monumentos, la Alcazaba y el Castillo del Gibralfaro. Málaga forma parte del reino nazarí a partir del siglo XXIII y en el siglo XIV, se produjeron los primeros intentos de conquista por parte de las tropas cristianas.
Época Cristiana
La toma de Málaga por los Reyes Católicos tiene lugar el 19 de agosto de 1487, en la que tuvieron mucha importancia las pequeñas sublevaciones, en las que se construyeron los conventos de La Victoria y de La Trinidad. La ciudad comenzó a cambiar bajo el nuevo mandato. Se construyó la primera gran plaza, la Plaza Mayor (que hoy se llama Plaza de la Constitución). Las comunidades religiosas son las protagonistas a partir de entonces del crecimiento urbano de la ciudad de Málaga, dando lugar a las iglesias de San Juan, Santiago, Santos Mártires y el Sagrario, y a los conventos de la Trinidad y Capuchinos. Algunas de estas iglesias y conventos se construyeron de la muralla dando lugar a nuevos arrabales extramuros.
Siglos XVIII y XIX
Entre los siglos XVI y XVIII, la ciudad experimentó un declive debido a la rebelión morisca, las epidemias, los terremotos y las inundaciones provocadas por el río Guadalmedina, aunque la expansión del puerto facilitó la reanudación del comercio de vino, pasas y seda. Sin embargo, fue a partir del siglo XIX cuando la ciudad de Málaga experimentó su mayor auge de la mano de importantes familias burguesas malagueñas. Gracias a estas, la actividad industrial creció considerablemente y especialmente, la industria textil experimentó un gran desarrollo, al igual que la de hierro, al tiempo que las comunicaciones también mejoraron.
Con la desamortización y el derribo de viejas construcciones eclesiásticas, se abrieron la calle del Marqués de Larios y la Alameda, que facilitaron el crecimiento de la ciudad. Algunos avatares políticos del siglo XIX dejaron recuerdos horribles, como el fusilamiento de Torrijos y sus seguidores.
Siglo XX
El siglo XIX acabó con una profunda crisis económica, debido al hundimiento de la incipiente industria y la plaga de filoxera. La crisis sería aún peor en las primeras décadas del siglo XX, hasta que a partir de los años 60, el boom turístico revitaliza la provincia de Málaga y la ciudad se convierte en uno de los destinos favoritos para veranear y una de las ciudades españolas más importantes, con una estación de trenes de alta velocidad y un aeropuerto internacional, que influyen aún más en que Málaga se haya convertido en uno de los mayores referentes turísticos del país.
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