Sevilla, tal y como la conocemos hoy día, es fruto de toda la historia que ha pasado por sus calles y sus habitantes. Pero no es casualidad que “Sevilla tenga un color especial”. Esta ciudad milenaria ha visto pasar por ella tartessos, visigodos, romanos, musulmanes, cristianos, ¡e incluso el propio Hércules!
En este artículo queremos contarte las etapas por las que ha pasado una de las ciudades, que actualmente, es de las más importantes de España: Sevilla. Existen diferentes opiniones en cuanto a quién la fundó. A continuación te lo explicamos.
Mitología
Sobre el año 1000 a.C. llegaron a España los primeros fenicios que eran navegantes. Venían de África y fueron subiendo y subiendo hasta llegar al Estrecho. Estos les tenían mucho miedo al océano Atlántico; ese gran desconocido. Tan solo un navegante llamado Melkart se armó de valor y lo cruzó. Subió por la desembocadura del Guadalquivir hasta llegar a Sevilla.
Allí, Melkart, denominó a ese territorio Híspalis (que en fenicio significa “llanura frente a un río”). Se hizo con el monopolio de todo y derrotó al rey de los turtedanos, haciéndoles a todos cambiar de religión también.
Sobre esta historia real, se fundó la leyenda de Hércules: cuando Melkart murió, los egipcios y fenicios lo declararon como un héroe, un santo e incluso un dios. Por eso, le cambiaron el nombre, al famoso latino Hércules. En los 12 trabajos de Hércules, encontramos el de “limpió los establos del rey Gerión y domesticó a los toros feroces”, que hace referencia a este episodio de la historia de Sevilla.
Los sevillanos siempre han reconocido a Hércules como su fundador. Así, podemos verlo en forma de estatua al lado del ayuntamiento, o en las columnas de la Alameda de Hércules al lado de Julio César.
Época romana
Por aquella época, Sevilla era denominada por los tartessos como Tarssis (el nombre que le pusieron al Guadalquivir). Pero los romanos llegaron en el año 206 a.C. y Sevilla pasó a ser romana durante las famosas Guerras Púnicas.
Los romanos hicieron de Sevilla una gran ciudad. Supieron explotar todo el potencial mercantil que tenía, y poco a poco se convirtió en la urbe más importante de toda la Bética con la llegada de Julio César a Sevilla (año 43 a.C.)
En Sevilla nacieron dos grandes emperadores: Trajano y Adriano. Ambos dirigieron el Imperio Romano en su máxima expansión. Se dice que Trajano fue el artífice de que Roma se convirtiera en lo que fue: la ciudad más importante del mundo.
Y siguiendo con la mitología, cuentan los historiadores que fue Hércules quien le señaló a Julio César la ubicación de esta maravillosa ciudad.
Época visigoda
La caída del Imperio Romano llegó a Sevilla con la invasión de los visigodos después de echar a los vándalos silingos que la ocuparon. Fue una época un poco oscura, pues sucedieron episodios de asesinatos y traiciones de hijos a padres.
El rey Leovigildo fue asesinado por su hijo Hermenegildo. Después asedió la ciudad y desvió el cauce del Guadalquivir. Pero no solo se quedó en eso. También surge aquí el famoso episodio de la “cena de las velas”: las personas más importantes de la Sevilla de entonces, aprovecharon la oscuridad de esa noche para matar al rey Teudiselo.
Entonces, la capital del reino pasó de Sevilla a Toledo. Pero gracias a dos grandes personajes sevillanos, San Isidoro y San Leandro, Sevilla continuó con su importancia cultural. San Isidoro escribió “Las Etimologías”; una enciclopedia que significó un gran avance en el saber de la época. Ambos obispos los podrás ver en el escudo de Sevilla junto al rey Fernando III, del que más tarde hablaremos.
Época musulmana
Y en el año 712, llegaron los musulmanes a Sevilla para quedarse cinco siglos. El príncipe musulmán Abd al-Aziz ibn Mussa, tomó Sevilla después de un largo asedio. Luego, fue asesinado por sus primos. Los musulmanes denominaron a esta ciudad como Isbilya. Esta fue la capital de al-Ándalus (el nombre que recibió la península ibérica como provincia del Imperio islámico). Entonces, la sede se trasladó a Córdoba con el rango de Emirato y Sevilla sería la cabeza de una cora.
Sevilla fue de nuevo un foco de riqueza cultural. Más tarde llegaron los almorávides y almohades, que fueron los artífices de construir el casco histórico tal y como lo conocemos hoy en día.
Esta época sea posiblemente la que más ha quedado en las calles de Sevilla debido a todos los monumentos que construyeron. Fue aquí cuando se edificaron la Torre del Oro, La Giralda, e incluso la antigua mezquita que hoy en día conocemos como la Iglesia del Salvador.
Época cristiana
Tras varios meses de guerra, concretamente 15, el rey Fernando III reconquistó Sevilla en el año 1248. Fernando III el santo, hizo de Sevilla la sede principal donde se alojaba la corte.
Los cristianos echaron a todos los musulmanes y judíos que vivían allí si no se convertía al catolicismo. Todas las mezquitas pasaron a ser templos de culto cristiano, y la gran mezquita pasó a ser la Catedral gótica más grande el mundo, que es como la conocemos hoy en día. Los judíos se alojaban en lo que hoy es el barrio de Santa Cruz.
Los Reyes Católicos se asentaron en Sevilla hasta el día de su muerte. Entonces, el reinado pasó a manos de su hijo Alfonso X el sabio. Fue rey Alfonso X quien creó el actual escudo de Sevilla con su famoso lema “NO-MADEJA-DO” (“NO ME HA DEJADO”) que alude a la fidelidad que le prestó la ciudad al rey Alfonso X en el enfrentamiento que mantuvo con su hijo Sancho IV y es el lema de la ciudad.
Fue también en esta época cuando Cristóbal Colón hizo de Sevilla la ciudad más importante de Europa y del mundo. Negoció aquí con los Reyes de Castilla la salida al nuevo mundo. Y cuando volvió a Sevilla, todo el oro y nuevos productos se comercializan aquí. Los grandes comerciantes y personas de todas las clases sociales vinieron a Sevilla en esta época.
En este período histórico nacen los famosos edificios del Archivo de Indias, Reales Alcázares, el Ayuntamiento, la Audiencia y la Casa de la Moneda. También se creó la Universidad y se instaló en Sevilla la primera imprenta del reino de Castilla.
Siglo XVII
Pero todo el auge que vivió Sevilla con la llegada de Colón se vio afectado con el traslado de la Casa de la Contratación a Cádiz, siendo esta la ciudad que acogió esta vez todo el comercio con las Américas. Además, en 1647 llegaría a España la peste negra. Sevilla vio mermar su población a la mitad y supuso un gran daño económico, y por supuesto, social.
Con la llegada de la Contrarreforma se construyeron 73 conventos de todas las órdenes, tanto femeninas como masculinas. Además, también es esta época donde se fundaron las primeras hermandades de pasión que procesionan hoy en día por las calles de Sevilla en su famosa y querida Semana Santa. Surgieron también los pintores Valdés Leal, Murillo y Zurbarán, y los escultores Martínez Montañés y Juan de Mesa.
Siglo XIX y XX
Durante todo el siglo XIX, Sevilla vivió grandes hechos que han marcado la historia de España como la Guerra de la Independencia, la revolución de Narváez y Córdova, el levantamiento contra el General Espartero, el golpe de estado de O’Donnelll, etc. Pero otro de los grandes acontecimientos que surgieron en Sevilla fue la llegada del ferrocarril.
Y a inicios del siglo XX, concretamente en 1929, se organizó la Exposición Iberoamericana, cuyo evento reformó de manera significativa la estética de la ciudad. Para este evento se construyeron la espectacular Plaza de España, hoy en día considerada de las más bonitas del mundo, y el Parque María Luisa. También se construyó el aeropuerto y se canalizó el río.
En cuanto a la Guerra Civil, Sevilla no opuso resistencia alguna y cayó desde muy pronto en manos del mando nacional. Por eso, Sevilla no la sufrió demasiado.
En los años 60 la ciudad se modernizó mucho y poco a poco se fueron expandiendo sus barrios y creciendo exponencialmente, tras la gran riada de 1961, cuando el rio se inundó y causó muchos daños en la ciudad.
Y en el año 1992, Sevilla volvió a ser grande. Fue la ciudad que acogió la Expo del 92 y el Ayuntamiento puso todo su esfuerzo y dedicación en adaptar la ciudad a dicho evento. Tuvo lugar en la Isla de la Cartuja, pero toda Sevilla estaba preparada para ser una buena anfitriona. Muchísimas infraestructuras se construyeron, como varios puentes más modernos, muchos pabellones de los diferentes países que hoy en día siguen siendo usados, una mejora del transporte público… y el AVE que unía Sevilla con la capital de España: Madrid.
Una vez que se crearon las Comunidades Autónomas, en 1995, Sevilla fue elegida como capital de Andalucía.
Como habrás podido observar, Sevilla ha sido escenario de grandes momentos históricos que han marcado la historia de España y del mundo. Por ello, en la plaza Puerta de Jerez, que sería una de las antiguas puertas que daban paso al interior de la muralla de Sevilla, podemos ver escrito el siguiente poema:
“Hércules me edificó
Julio César me cercó
de muros y torres altas,
y el rey santo me ganó
con Garci Pérez de Vargas”
Un poema, que con 5 versos, describe la historia de la ciudad más bonita del mundo: Sevilla.
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