Nos encontramos ante un monumento situado en la calle Santa Clara de Sevilla. Se trata de una torre albarrana edificada en el patio del convento de Santa Clara. Considerada como Bien de Interés Cultural y declarada Monumento histórico-artístico en junio de 1931.
En este edificio se pueden observar la conjunción de estilos románicos y góticos. Consta de tres cuerpos y una azotea almenada. Cada uno de los cuerpos presentan diferentes características que hacen de la Torre de Don Fadrique un monumento único en la zona. Ejemplo de ello, es la mezcla de ventanales tanto góticos como románicos que configuran una imagen arquitectónica singular.
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Historia de la Torre de Don Fadrique
La historia de esta torre se remonta al siglo XIII. Fue en 1252 cuando el infante Don Fadrique, hijo del difunto Fernando III, mandó a construir esta torre con el fin de reforzar la seguridad y como torreón de vigilancia.
Sin embargo, la leyenda que se constituyó acerca de su edificación difiere de esta supuesta realidad. Se cuenta que el verdadero motivo de la construcción de la torre, recaía sobre un romance ilegítimo ente el infante Don Fadrique y la viuda del rey póstumo, Fernando III.
La reina en ese momento, Doña Juana de Pointhieu residía en el Alcázar de Sevilla, lugar en el que conoció al infante y donde se dice que comenzó su romance. Dada la privacidad que les brindaban los muros de esta torre, Don Fadrique y Doña Juana podrían establecer encuentros lejos del conocimiento de la nobleza y del pueblo.
No obstante, el rumor de este amorío existía y con el tiempo se convirtió en realidad. Como era de esperar, esta situación no fue bien aceptada por la alta sociedad y el pueblo llano, pues se consideraba desleal que un hermano del difunto rey y la viuda del mismo mantuviesen este tipo de relación.
Así pues, se procedió a un proceso judicial contra el infante. El Rey Alfonso X El sabio, fue el encargado de llevar a cabo el juicio en contra de su propio hermano. Éste sometido a las presiones de la nobleza y el clero, dictaminó como culpable a Don Fadrique de ofenda real al mantener una relación ilícita con la viuda de su padre, Fernando III.
Esta sentencia derivó en la marcha de la reina a su país natal, Francia. Peor suerte le deparó al Infante puesto que fue condenado a muerte, dándose su ejecución en Toledo.
Curiosidades
Son varias las curiosidades que se establecen alrededor de esta torre derivadas del aura de leyenda amorosa que se cierne sobre la misma.
Una de ellas narra como, tras la marcha forzosa de la reina Doña Juana a su tierra natal, ésta “miro a la torre con los ojos llenos de lágrimas” por última vez. Se entiende que este sentimiento de pena es provocado por el recuerdo de las aventuras amorosas que mantuvo en ella con el infante, el cuál por otro lado le deparó un peor destino, sentenciado a muerte por su propio hermano, Alfonso X El Sabio.
Otra de las curiosidades que se pueden encontrar es la placa que se encuentra en la entrada de la misma, el cual reza:
«Esta torre es fábrica del magnífico Fadrique, podrá llamarse la mayor alabanza del arte y del artífice: a su Beatriz madre le fue grata esta prole del rey Fernando, experimentado y amigo de las leyes. Si deseas saber la era y los años, ahora mil doscientos y cincuenta y dos (1252) ya existía la torre serena y amena llena de riquezas».
Una última curiosidad que es digna de mención, es una versión que sostiene que la verdadera construcción de la torre era la construcción de la misma como un pabellón de caza, dada la pasión del Infante por el vuelo de halcones. Esta versión difiere de la más aceptada que es la de que en realidad era un “nido” de amor para los amantes.
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