Arcos de la frontera es considerada la puerta de entrada de los Pueblos Blancos, considerada una de las joyas de la provincia de Cádiz. Este pueblo está situado a 67 km de la capital, siendo uno de los pueblos más visitados de la provincia.
Arcos de la Frontera no es solo un destino turístico de referencia, sino que también cuenta con una rica herencia histórica que hace si cabe más interesante la visita. En esta ciudad encontramos restos de la época musulmana, mezclados con el legado de la época del catolicismo.
Con casas blancas, callejones interminables, miradores y monumentos de un valor incalculable, Arcos de la Frontera es sin duda uno de los mejores destinos y un pueblo que debes visitar si lo que quieres es empaparte de la cultura y la tradición andaluza.
Este pueblo está situado a poca distancia de Cádiz, la capital, que puedes aprovechar para visitar con alguna de nuestras Visitas Guiadas en Cádiz o con nuestro Free Tour en Cádiz.
Te traemos aquí algunos de los mejores lugares que puedes ver en Arcos de la Frontera, para que tu visita sea aún más especial y no te quedes sin ver los mejores rincones de este pueblo con encanto propio.
La Cuesta de Belén
Puedes empezar el recorrido por el centro de Arcos de la Frontera por aquí, pues es lo primero que te encuentras. Esta cuesta es una de las calles más bonitas y especiales de todo el pueblo. Además, alberga mucho más y está cargada de historia y monumentos que te dejarán con la boca abierta.
Lo primero que nos llama la atención es el monumento a la Semana Santa y un poco más arriba nos espera la iglesia de San Juan de Dios. Muchos no entran a ver esta iglesia cuyo mayor reclamo en su fachada es un azulejo que representa el Cristo de la Vera Cruz. Sin embargo, aquí se encuentra el hospital más antiguo de Arcos que data de finales del siglo XV. Además de esto, en su interior alberga un bonito retablo donde destaca figura del Cristo de la Vera Cruz del siglo XVI.
La Plaza del Cabildo
La plaza del Cabildo de Arcos de la Frontera está situada en el interior de su viejo recinto monumental urbano. En concreto, la plaza se ubica en la parte más elevada de la localidad, justo en el corazón de su interesante Centro Histórico.
A ella se accede solo a través de unas pocas calles muy estrechas y cargadas de historia y de belleza como son las calles Nueva, Pesas del Reloj y Escribanos, además de por un angosto paso que parte de la calle Deán Espinosa.
Esta plaza puede ser uno de los puntos más importantes de Arcos. Se encuentra rodeada, por tres de sus lados, de importantes edificios como la Basílica de Santa María de la Asunción, el Ayuntamiento, el Castillo Ducal y el Parador de Turismo, que fue la antigua casa del Corregidor, mientras que en el cuarto lado se encuentra el Balcón de la Peña Nueva, un mirador sobre una roca cortada a casi 100 metros de altura, con unas increíbles vistas del serpenteante río Guadalete y la Campiña Jerezana.
La Iglesia de San Pedro
Muy cerca del Palacio del Mayorazgo, sobresale otro interesante edificio, la Iglesia de San Pedro. Además del edificio, esta iglesia destaca porque está encaramada sobre un acantilado ocupando el lugar de una antigua fortaleza.
La Iglesia de San Pedro, en Arcos de la Frontera, fue construida en el siglo XIV sobre los restos de una antigua fortaleza árabe.
Este edificio del siglo destaca por una majestuosa torre-fachada de estilo barroco con influencia de la escuela sevillana. Sin embargo, esto no es todo, su interior de planta rectangular es cuanto menos, espectacular. Sus capillas y su coro barroco no te dejarán indiferente, además, por si esto no fuera poco, en el interior hay un retablo dorado que detalla la vida de San Pedro y pinturas atribuidas a Francisco de Zurbarán.
Este es otro de los puntos imprescindibles que no puedes perderte de este pueblo de la provincia de Cádiz.
El Callejón de las Monjas
Aunque todas las calles, plazas y rincones de Arcos tienen algo que ofrecer y son dignos de ser visitados, este callejón tiene algo especial.
Está flanqueado en un lado por la pared posterior de la basílica de Santa María de la Asunción y por el otro lado por la fachada del Convento de la Encarnación y varios palacios nobiliarios.
Si ya la portada del convento es espectacular y te deja con la boca abierta, otra de las cosas especiales que te ofrece este callejón, por lo que es más famoso, son los tres arcos de piedra que lo cruzan.
Estos arcos corresponden a una intervención realizada sobre ella en el año 1699 por el arquitecto jerezano Diego Moreno Méndez, con el fin de darle estabilidad a la basílica. Sin saberlo, esto hizo de este rincón de Arcos uno de los más conocidos y más visitados.
Aunque pueda parecer simple, este rincón es de los más bonitos y especiales de este pueblo, así que no te quedes sin pasar por él.
Los Miradores
Ya hemos mencionado arriba algún mirador y es que, por su localización, Arcos de la Frontera está cargado de miradores, cada cual más especial y espectacular.
Os vamos a hablar de dos de los más famosos y, sin duda, con algunas de las mejores vistas, son el de Abades y Peña Vieja. El primero es un amplio y cuidado balcón con macetas de flores a ambos lados, desde el que tendrás unas fantásticas de la parte baja del pueblo, el río Guadalete y de los parques naturales Sierra de Grazalema y Los Alcornocales.
El segundo, el de Peña Vieja te ofrece una panorámica impresionante de las casas blancas situadas al borde de un cerro de casi 100 metros de altura, con el meandro del río Guadalete a sus pies.
Como esos hay muchos más miradores, cada cual más espectacular, por si el casco histórico de este pueblo no fuera suficiente.
Plaza de la Botica
Al salir de la Plaza Cabildo puedes recorrer la calle Escribanos hasta llegar a la plaza de la Botica, otro de los lugares más bonitos de Arcos de la Frontera.
Es una plaza pequeña, con un encanto especial, que está un poco escondida, pero merece la pena. De estilo típico andaluz, cargada de flores, de luz y de color, con el suelo de piedra y rodeada de casas blancas, es uno de los puntos más especiales donde podéis parar.
Esta plaza, además de un encanto único, está rodeada de locales con terraza donde tomar algo, mientras disfrutas del ambiente y las vistas de la plaza. Puedes probar algunos de los platos típicos de la zona y, además, como la plaza está presidida por el Convento de las Mercedarias Descalzas, el único de clausura que queda en el pueblo, también podéis probar sus famosos dulces caseros. No os los perdáis, porque están deliciosos.
Basílica de Santa María de la Asunción
La cuesta de Belén te llevará directamente ante la iglesia más bonita de Arcos de la Frontera: la Basílica de Santa María de la Asunción. La Basílica de Santa María de la Asunción, levantada sobre los restos de una mezquita árabe y declarada Monumento Nacional en 1931.
Levantado en los siglos XIV o XV en estilo mudéjar, el templo ha sufrido durante varios siglos grandes reformas que la han convertido en una iglesia con un interior gótico, que alberga un magnífico Retablo Mayor de 1585, mientras que en el exterior se mezclan elementos renacentistas y barrocos, destacando su portada de estilo gótico plateresco y la torre del campanario de estilo neoclásico.
Pocas son las palabras para describir este monumento, que cuenta la historia del pueblo y de toda la zona por sí solo. Este es, sin duda, uno de los lugares más imprescindibles de Arcos.
La Playa de Arcos de la Frontera
Podéis pensar que nos estamos confundiendo y que en arcos no hay playa, pero no es así. Esta playa es, obviamente, artificial. No obstante, no tiene nada que envidiar a las naturales. Situada en el embalse de Arcos es una de las mejores paradas en los días de calor del verano.
No está muy lejos del pueblo, por lo que, cuando terminéis de verlo, podéis pasar por aquí después. Podéis dar un paseo, respirar un poco de aire puro, quizás hacer un picnic, un plan perfecto si queréis huir un poco del calor y el jaleo del pueblo. Además de esto, también se pueden practicar algunos deportes acuáticos o actividades típicas de la playa.
Las vistas de todos los alrededores y del mismo pueblo son preciosas y el ambiente te permite pasar un día tranquilo, disfrutando del sol y del agua. Un plan perfecto para descansar y refrescarse en un entorno increíble.
